PREJUICIOS, ESTEREOTIPOS Y CREENCIAS EN TORNO A LA HOMOSEXUALIDAD MASCULINA Y FEMENINA
1. INTRODUCCIÓN La palabra "homosexual" deriva de la raíz griega homo, que significa 'mismo' o 'igual', pero el término en sí solo se acuñó a finales del siglo XIX ( 1869 ) por el húngaro Benkert, y fue asociado a una conducta patológica hasta que en 1973, la asociación Nacional de Psiquiatría Nortearmericana la eliminó de la lista de enfermedades Puede emplearse bien como adjetivo (un acto homosexual, o un bar homosexual) o como un nombre que alude a los hombres y mujeres que sienten una atracción sexual preferente por las personas del mismo sexo. Es necesario clarificar una serie de conceptos antes de acercarnos a la comprensión de la homosexualidad masculina y femenina, se ve necesario distinguir: - Sexo biológico: hace referencia a la posesión por parte de un individuo de los atributos fisiológicos que definen al sexo masculino o al femenino. - Identidad de género: se entiende la sensación interna de identificación, o falta de ella, que una persona tiene respecto a su sexo biológico. - Orientación sexual: la atracción erótica (romántica) y sexual que siente un individuo por otros del sexo opuesto (orientación heterosexual) y de su mismo sexo (orientación gay o lésbica). Las variables que definen la orientación sexual son: atracción sexual, fantasías sexuales, vinculación emocional y conductas sexuales - Identidad sexual: es el hecho de asumir plenamente esa orientación ( heterosexual, gay, lésbica o bisexual) - Conducta sexual: hace referencia a los episodios de carácter sexual en la vida de una persona
Respecto a las teorías o modelos explicativos de la orientación del deseo, nos encontramos con el: Modelo Dicotómico (Freud, 1905-1915), Modelo Unidimensional (Kinsey y cols., 1948-1953), Modelo de Klein y cols, 1985, Perspectiva multivariable dinamica, etc., pero s puede decir que ninguno es vinculante. Si es necesario destacar que los conceptos de homosexual, heterosexual o bisexual, son desde el punto de vista teórico, una construcción social y por tanto ni son una entidad concreta, ni tampoco son universales (Carrier, 1980; Greenberg, 1988; McIntosh, 1968; Troiden, 1989; Weeks, 1993) Hay que puntualizar que aunque la actitud que se adoptaba en el pasado frente a la homosexualidad hoy no es la misma, ya que oscila entre la aceptación y la condena sin restricciones, es obvio que en la actualidad los homosexuales constituyen una minoría que debe afrontar prejuicios sociales, religiosos y legales. Respecto a las teorías sobre el origen de la homosexualidad que se exponen en el siguiente cuadro, destacamos que ninguna línea de investigación, ni psicológica, ni biológica, en torno a la orientación gay o lésbica ha dado resultados definitivos, sino tan sólo ambiguas observaciones sujetas a diferentes interpretaciones La homosexualidad no es una enfermedad ni una señal de inadaptación psicológica. Gran parte de los trabajos científicos primitivos que intentaban demostrar que la homosexualidad era una ‘enfermedad’, provienen de un planteamiento defectuoso, y estudios posteriores han puesto de relieve que los homosexuales están tan compensados, en el plano psicológico, como las parejas heterosexuales bien compenetradas. Por regla general, las técnicas sexuales de los hombres y mujeres gays se asemejan a la de los heterosexuales. En la actualidad muchos homosexuales prefieren utilizar el término gay como sinónimo de homosexual, tal vez porque estiman que suena menos duro e inquisitorial, o porque con él lanzan una formulación socio- política que proclama el orgullo que les produce su orientación sexual. Otros rechazan el empleo del vocablo porque les hace sentirse incómodos. Generalmente el hombre homosexual cobra conciencia de su homosexualidad antes que las mujeres lesbianas, pero la decisión de ‘salir a la luz’ resulta penosa para muchos de ellos, con independencia de su edad. Sin embargo, no hay que olvidarse que los homosexuales no pueden reconocerse por su aspecto, sus modales o la profesión que desempeñan. La diversidad de estilos de vida homosexual es considerable, pero la mayor parte de los hombres homosexuales son más activos que las lesbianas (es decir, que tienen relaciones sexuales con más frecuencia) y tienen más compañeros sexuales que las lesbianas o los heterosexuales. No obstante, muchos gays de ambos sexos tienen relaciones comprometidas y duraderas con personas del mismo sexo. El mundo gay tiene sus componentes visibles e invisibles. En la actualidad, además de los bares y establecimientos de saunas homosexuales, existen iglesias, entidades y periódicos y, en las grandes urbes, comercios de todo tipo y comunidades sociales de este signo. Pero la homosexualidad no siempre es ‘alegre’: existe un aspecto más negativo caracterizado por la sexualidad impersonal y premiosa, las celadas de la policía y el miedo a ser detenido, un índice elevado de enfermedades de transmisión sexual, alcoholismo, sentimientos de culpabilidad y miedo al descubrimiento público. Como reflejo de todo ello, el temor creciente al SIDA ha introducido, al parecer, una serie de cambios en los hábitos de conducta sexual de determinados sectores de la comunidad de hombres homosexuales. (H. Masters, William, E. Johnson , Virginia, C. Kolodny, Robert,1995). Es preciso aclarar lo que se entiende por prejuicio: se relaciona específicamente con grupos sociales o individuos caracterizados por la pertenencia a una categoría social o por el hecho de presentar un atributo propio de esta categoría, se habla de prejuicio de color, raza, sexo… Es considerado como la expresión de una posición diferenciadora, por parte de la persona que lo manifiesta y que puede acompañarse de desprecio, o incluso hostilidad, o, por el contrario, de una actitud positiva con respecto a los individuos o a los grupos que conciernen al prejuicio. Ha sido estudiado a partir de los años 30 como un problema social, la tendencia actual hace hincapié en las representaciones que originan el prejuicio, en las normas del lenguaje mediante las cuales se expresa y transmite, y en los contextos sociopolíticos de su producción. Hace referencia también el prejuicio a juzgar de las cosas antes del tiempo oportuno, o sin tener de ellas cabal conocimiento. El prejuicio es una actitud cercana al estereotipo. Se basa en ideas subjetivas o generalizaciones de observaciones aisladas, muchas más que en la experiencia y la información objetiva. Es característico del prejuicio la persistencia tenaz, inflexible y no reflexiva, que es por lo general, muy nociva para la sociedad, aunque en algunos casos puede ser beneficiosa. Un ejemplo muy claro de prejuicio es la homofobia, que se define como: “la hostilidad general, psicológica y social, respecto a aquellos y aquellas de quiénes se supone que desean a individuos de su propio sexo o tienen prácticas sexuales con ellos”1. La homofobia afectiva (psicológica) se caracteriza por la condena de la homosexualidad y la homofobia cognitiva (social) pretende simplemente mantener la diferencia homo/ hetero, promoviendo la tolerancia pero no los mismos derechos. La investigación sobre las causas de la homosexualidad constituyen una forma de homofobia, ya que parte de un prejuicio de que existe una sexualidad normal, acabada y completa, es decir, la heterosexualidad monogámica, en función de la cual todas las demás sexualidades deben ser interpretadas y juzgadas. La homofobia se articula a través de: emociones (creencias, prejuicios, convicciones, fantasmas..), de conductas (actos, practicas, procedimientos, leyes..), y de un dispositivo ideológico (teorías, mitos, doctrinas, argumentos de autoridad, ...) Solamente la orientación sexual es todavía oficialmente invocada jurídicamente como un impedimento legítimo para otorgar los derechos, pero no eximir de las obligaciones. La cuestión no es saber cuál es el origen de la homosexualidad sino de la homofobia. Las causas de la homofobia pueden ser: - Fenómeno psicológico y social Respecto a la lucha contra la homofobia destacar acciones como: - Cuestionar el orden heterosexista igual que se ha hecho con la de los sexos y las razas. Con relación a los estereotipos, éstos se definen como: las opiniones y representaciones sociales cristalizadas. Las investigaciones y experimentaciones diferencian características propias de los estereotipos: uniformidad, simpicidad, tonalidad, pregnacia. Los estereotipos están estrechamente ligados a los prejuicios y a los procesos de categorización que los engloban, constituyendo aspectos puntuales o caricaturas de aquellos. Sirven casi siempre para justificar conductas agresivas, poseen un fuerte componente afectivo-emocional, además de ejercer una función psicosocial. |